Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges
Sabes hoy estoy pensando en ti
de como éramos antes
cuando nos conocimos.
Las horas que pasábamos charlando
el tiempo no terminaba jamás.
Hablamos de todo
soñábamos juntos,
sueños imposibles
me encantaba
no queríamos que el tiempo terminara.
Sabes ahora ya no es lo mismo
me es imposible soñar e imaginar
no se como hacerlo
se me hace difícil
pues la inspiración se me fue contigo
Cada mañana al despertar
mi primer pensamiento
es para ti
mi bello príncipe que se hace esperar.
Cuando llegarás
cuando tocarás a mi puerta
para dejarte entrar
juntos soñar.
Soñaremos con un mundo nuevo
donde no exista maldad
donde todo sea alegría
y todo sea paz.
Quiero soñar con tu linda sonrisa
con tu bello mirar
con tu gentil y suave
modo de amar.
Te deseo sueños placenteros
en un mundo donde todo
sea calma paz y amor postreros.
Deléitate con el canto de los pajarillos
que entonan su melodiosa canción de amor
para enamorar a los jilguerillos.
los colores se mezclan y mi amor también
entre cantos y melodías
mi amor va creciendo.
Me desperté aquí sigo soñando
imaginé que existías
sentí que me amabas.
No veo tu sonrisa
no siento tu mirada
allá a lo lejos te deslizas.
Te miro en mis sueños y en mis recuerdos,
te quedas quieto aquí en mi pecho
y en mi corazón te llevo.
![]() |
Dulce princesa durmiendo, soñando con su amado. |
Una tarde, muy despacio, abrí con cautela la puerta de mi habitación; sentí un enorme vacío y un miedo terrible, pues antes de abrir la pueda escuché un sonido extraño, no encendía que podía ser. Entonces las manos se me helaron, mi rostro se espantó, quedé inmóvil ante lo que mis ojos miraban, era algo aterrador no lo podía creer, no podía ser cierto, eso era algo que nunca lo hubiese imaginado.
Unas pequeñas manitas que apenas podían mantener algo en ellas, se movían muy rápido y entre sus dedos quedaban pedazos de hojas que arrancaba de mi cuaderno de poesía; aquellos que con tanto celo los guardaba en un estante que cada noche los leía. Aquellas manitas tan tiernas y frágiles como podían haber hecho eso ¡mi cuaderno! ¡no lo puedo creer! ¡qué hacer!
Mis pensamientos, mis sentimientos, mi amor, mi decepción, todo plasmado ahí, me llevó mucho tiempo escribirlo, recopilarlo, armarlo y ahora en un instante destruido.
Claro que estaba enojada, triste y devastada, pero que hacer ya nada podía hacer, solo recoger los pedazos rotos de mis desvelos. Así que levanté a esa criaturita; destructora de cuadernos de poemas y le dije: Mi niña preciosa, eso no se hace, por poco y me destruyes el alma. Me miró con ojitos vivarachos me sonreía, no tenia idea de lo que había hecho, le di un beso y le dije ¡no lo vuelvas a hacer¡
La lleve a los brazos de su madre y luego regresé por los pedazos rotos de mi corazón y mi alma. Caí de rodillas frente a ese mar de hojas rotas y las recogí lentamente, tratando de que no se ajen. todas las puse en una cajita de zapatos que tenia debajo de mi armario.
...