sábado, 9 de enero de 2021

LO INESPERADO

 Una tarde, muy despacio, abrí con cautela la puerta de mi habitación; sentí un enorme vacío y un miedo terrible, pues antes de abrir la pueda escuché un sonido extraño, no encendía que podía ser. Entonces las manos se me helaron, mi rostro se espantó, quedé inmóvil ante lo que mis ojos miraban, era algo aterrador no lo podía creer, no podía ser cierto, eso era algo que nunca lo hubiese imaginado.

Unas pequeñas manitas que apenas podían mantener algo en ellas, se movían  muy rápido y entre sus dedos quedaban pedazos de hojas que arrancaba de mi cuaderno de poesía; aquellos que con tanto celo los guardaba en un estante  que cada noche los leía. Aquellas manitas tan tiernas y frágiles como podían haber hecho eso ¡mi cuaderno! ¡no lo puedo creer! ¡qué hacer!

Mis pensamientos, mis sentimientos, mi amor, mi decepción, todo plasmado ahí, me llevó mucho tiempo escribirlo, recopilarlo, armarlo y ahora en un instante destruido.

Claro que estaba enojada, triste y devastada, pero que hacer ya nada podía hacer, solo recoger los pedazos rotos de mis desvelos. Así que levanté a esa criaturita; destructora de cuadernos de poemas y le dije: Mi niña preciosa, eso no se hace, por poco y me destruyes el alma. Me miró con ojitos vivarachos  me sonreía, no tenia idea de lo que había hecho, le di un beso y le dije ¡no lo vuelvas a hacer¡

La lleve a los brazos de su madre y luego regresé por los pedazos rotos de mi corazón y mi alma. Caí de rodillas frente a ese mar de hojas rotas y las recogí lentamente, tratando de que no se ajen. todas las puse en una cajita de zapatos que tenia debajo de mi armario.



...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu participación